lunes, 2 de noviembre de 2009


INVESTIGACIÓN EN HUANCABAMBA
Subversivos o narcos habrían atacado a minera
Hubo ensañamiento con los trabajadores de Río Blanco

Hoy, mientras usted lea estas líneas una familia de Piura y dos de Sullana estarán llorando la absurda muerte de tres inocentes cuyo único pecado fue trabajar de manera honrada para ganarse el pan de cada día.

Mientras usted lea, la familia de Luis Guillermo Gómez Vílchez, de 35 años, se preguntará por qué a él le tocó estar el domingo a las 4:30 a.m. en la puerta del campamento denominado Henry’s Hill, justo a la hora en que por lo menos veinte asesinos provistos de armas de largo alcance llegaron hasta ese lugar para quemar todo y tratar de asesinar a los catorce trabajadores.

A esa familia de Sullana tal vez no le sirva de consuelo saber que Luis Guillermo opuso resistencia y que gracias a ello once de sus compañeros pudieron huir y salvarse de los salvajes atacantes. Claro, dirán la viuda y los huérfanos, los demás se salvaron, pero él recibió a cambio de su valentía seis balazos, cinco en el cuerpo y uno en la cabeza.

Mientras tanto, Joel Martín Severino Zapata, también de 35 años y compadre de Gómez, recibió tres impactos de bala de sus asesinos, quienes, no contentos con ello, le prendieron fuego como queriendo desaparecer las huellas de su crueldad y locura.

Mientras el dolor embargue a los habitantes de la calurosa Sullana, en la ciudad de Piura Martha Díaz Sánchez y sus dos hijos llorarán y sufrirán por la absurda muerte de su esposo y padre, Eduardo Ramírez Montero.
Él era el administrador del campamento ubicado a unas ocho horas a pie del poblado de Carmen de la Frontera, en la provincia de Huancabamba. Un campamento donde ya no se realizaban exploraciones mineras desde el 2006 y solamente estaban 14 trabajadores que efectuaban labores de medición del medio ambiente, trabajos de rehabilitación y labores administrativas.

Los documentos de la autopsia practicada al cadáver del administrador dirán que fue salvajemente asesinado, pero el dolor no solo lo sufrió su cuerpo, sino ahora también las almas de las personas que lo amarán siempre.

Según los informes de inteligencia de la policía, el modus operandi de los asesinos se asemeja mucho al accionar del demencial Sendero Luminoso, que ya ha sembrado su veneno en esa zona olvidada de Piura, allá por los años ochenta.

Incluso los testimonios recogidos por las autoridades policiales consignan que los atacantes habrían sabido que el campamento se quedaba sin energía durante la madrugada, por lo que atacaron a esa hora, cuando sus víctimas estaban más indefensas, en un acto cobarde que no debe quedar sin castigo.

También pudieron ser narcosLa congresista Gabriela Pérez del Solar (UN) informó ayer que no descarta que el ataque al campamento de la minera Río Blanco haya sido cometido por un grupo de narcotraficantes que estarían vinculados a cultivos de amapola hallados en la zona sierra de Piura.

“Tenemos información de que en la zona hay cultivos de amapola que serían parte de una organización que procesa opio y estaría vinculada con narcotraficantes de Colombia”, señaló Pérez del Solar.

La congresista indicó que se sabe que en Piura no se siembra coca, pero —según información de miembros de la Policía Antidrogas y expertos en temas de narcotráfico— se ha empezado a detectar sembríos de amapola para la elaboración de heroína en caseríos de Huancabamba, en la serranía de Piura.

PARA RECORDAR
El terror no es desconocidoLa célula del terrorA fines de los años ochenta se conoció la existencia de una célula senderista en Piura. Sin embargo, en 1992, se anunció que este grupo había sido desarticulado.

Criminal ataqueEl 18 de febrero de 1993, un grupo de senderistas atacó un convoy policial y mató a 18 policías en el distrito de Huarmaca.

La captura
En abril de 1993, seis de los terroristas que asesinaron a los policía fueron capturados.

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